martes, 2 de diciembre de 2008

Pan del tiempo



pan del tiempo
las piedras
vengo
amasar mi corazón
con ellas

vengo a tomar porción de su silencio
su interior
levadura

descalzo
a caminar
sobre el rescoldo
su memoria
de magmas y estallidos


pan entero
las piedras

ofrecido
con letras de conjuro
grabadas en la espalda

vengo
amasar mi corazón
con ellas

Altas Cumbres

el pajonal
le reza al viento
su rosario de rima susurrada
hasta la casi eternidad

arriba
el jote en trance
sueña
con las alas en cruz

mientras nosotros
aquí abajo
nos vamos yendo y yendo
con la tierra

borde
de todo contra todo
chaira
de piedra contra cielo

aquí es todo
asomarse

todo brizna
al abismo

Altas Cumbres, 2002

Como en una / real caballeriza

Como en una
real caballeriza
cada mañana

cae
una manta de bruma
desflecada

se destapa
la sierra

es una yegua
dorada incandescente

madrina de peñascos
que lleva al tranco

que pesan
cada día
un miligramo menos

cada día más cerca
de aquel llano

donde terminan todos
los andares
las sierras
los caballos

El agua es piedra / que eligió esparcirse

el agua es piedra

que eligió esparcirse
por eso
anda

Una manada de rocas / mira el río

Una manada de rocas
mira el río
está abrevando
tiempo

cordillera
camino a ser arena


Anda también
aunque parece inmóvil
el cielo de la tarde

camino a disolverse
en el gran cielo
de la noche
del cosmos


Y
un instante
tu cuerpo
como eterno

refulge
en aguas de oro


Pero en verdad
amada
no hay descanso

vení
conmigo

celebremos
la muerte de las cosas
en las cosas que nacen

la
chispeante
mentira de las aguas


A S.

El ave Garuda

Garuda
el ave
de la justicia
del tiempo

sale
una vez cada mil años

de las páginas de los textos sagrados
de la memoria de los relieves de los templos
del huevo del deseo

despereza las alas
se da una vuelta al mundo

su aletazo
al pasar
roza la cima de este cerro
le desgasta una miga

y en ese instante
el ave grita

alegría
todo perecerá

Garuda
el ave de la finitud
que es la justicia del tiempo

Garuda
que es
todas las aves
también
este picaflor

que ahora liba
en la lantana
del jardín

Partes de lluvia




1

Se deshilvana el cielo
en finitudes

Yo niño
compadezco
las caídas del agua
me pregunto
si cada hilo
de la seda del cielo degollada
sabe del otro a su lado
se inclina al compañero
a preguntarle

Pero el trueno
despeña grandes voces
grandes piedras ilusorias

no es respuesta



2

en las grandes lluvias los dioses
caen como palmeras antiguas
anilladas de memorias de años
como las mujeres padaung
que se añaden collares y collares
para alejar el pensamiento del vientre
pero en las grandes lluvias
caen
las palmeras los dioses
los bosques que recordaban todo

en las grandes lluvias los péndulos se rinden
dejan de oscilar, vencidos
por tanta vertical a plomo

las grandes lluvias son salones de palacios desiertos
donde ya no se imparte justicia

las grandes lluvias son profetas repetidos
cantan su propia ruina
al compás de los tubos del órgano del agua,
columnatas de perecimiento

las grandes lluvias no creen
las grandes lluvias no saben
las grandes lluvias no aman

las grandes lluvias derrumban

las grandes lluvias

3

día de tiempo derramado
día
de cántaros

desata
su cinturón la lluvia
caen
faldas de agujas
disueltas

día de entregas
de llegadas

de sílabas
gozosas

apenas dichas
mueren


4


Yo no quería decir lluvia
porque en la palabra lluvia
una mujer inclinada espera

y su cuerpo
pregunta siempre

y yo no sé si tocarla
si decirle

para tus días de lluvia
quiero tener un pecho con mamparas
un corazón galería

con grandes tiestos
donde la tierra negra arde geranios

con una antigua pajarera vacía
donde canta el recuerdo de las aves que huyeron
aquella vez que un niño abrió la puerta

No me atrevía a decir lluvia
y ahora
habrá pasado demasiado tiempo sin nombrarla
o cada lluvia es la primera



5

mis plantas
en sus tiestos
le tienden la mejilla
a la lluvia nonata
del domingo

dedos
de aire empañado
las acarician

y ellas
se yerguen
altas

de inagotable
de incesante
tristeza


6

oyes
las lluvias
como un rasguido
de caligrafías
sobre pergaminos

tintas de hierro y oro
tras ellas
se trasluce
el rumor de los cascos de las hordas

son edictos
amparan tu regreso
allá
al país
a la ciudad de donde eras

pero
aquí estás
oyendo
las escrituras superpuestas de la lluvia

Las pircas



A José Altamirano

1

Hay un idioma secreto
entre los hombres que labran la piedra

las pircas lo saben

las pircas
con los labios cerrados

2

este idioma
se aprende en el camino

camino de las iglesias
piedras que alzan las manos juntas
camino de los indios
piedras
que le porfían peldaños al abismo
camino de los canteros
hombres como guijarros
pueblo cómplice de una misma palabra


las pircas lo saben
las pircas
con los labios cerrados



3

palabras
que miran y miden

palabras que sopesan
y palabras que tallan

palabras
que destapan
y lavan
y alisan

son las palabras
de los hombres de la piedra

las pircas las saben

las pircas
con los labios cerrados


4

José Altamirano es pirquero
como quien dice
afinador de piedras

él va templando hiladas
sobre la boca del tiempo

José Altamirano
es novenero

lleva a los caseríos
en un breviario antiguo
partituras de rezos para todos los tránsitos

José Altamirano
es alumno de las estrellas

del cielo aprende
las historias primeras

el cielo
es un gran libro
el cielo
es todo
un diapasón

es todo
reloj y brújula
me dice

él es de los que se encuentran
no de los que se pierden
a la noche
en el campo


5

A José Altamirano
le enseñaron los viejos

no todo callar es silencio
no todo hablar es palabra

sus escoplos
escuchan y descubren

y sus martillos
tañen

pero la obra maestra
se compone
sólo
de piedras intactas



6

Está alhajada de pircas
la sierra

como la estatua de una virgen antigua
con su corona murada

porque es virgen y madre
la piedra

y de sus rimas
nacen ciudades

7

oye
esta noche

cómo las pircas
miran las estrellas
y cantan

oye

las pircas
cantan
con los labios cerrados

Algo atraviesa


era una sombra
un zorro

algo atraviesa
lo habitual
sin tocar

un fruto
cae

redondo en el redondo
silencio

qué nombres
habrán tenido
aquellos dioses de la tierra

Demasía


sólo el río desgarrado
es agua viva

sólo bebas lo inquieto
como el tigre

sólo
el agua
que es clamor

la demasía

otro río

otro río viene en silencio
bajo este río del agua

otro río trabajoso y oculto
bajo la lencería de ilusión insistente

alforza de ondas siempre iguales
sobre las aguas que a cada instante cambian

es un río de piedras redondas
de grandes piedras sin nombre
que descienden pujando sordamente

piedras que a veces suben a la orilla
y un tiempo
permanecen

y son los hombros de la casa del hombre
pero más
son los nidos donde desova la iguana

río también
la progenie del silencio
bajo la aldea de la palabra

Partes de niebla



1


Algo deben querer decir las nieblas
por eso vienen tantas veces

nieblas mujeres de pechos desceñidos
nieblas machos que cazan con humo

nieblas que fueron nubes y en su descendimiento
ahora son cristos lacios en el regazo de la sierra

nieblas que fueron memoria de lluvias frías
en el lloroso corazón de los peñascos

y ahora se alzan
agua fénix

2

Algo quieren silenciar las nieblas
por eso vienen

como piadosos helechos de agua fina
a calmar las llagas del incendio y del verano y del hombre

vienen como grandes plumeros miopes
como vagos avestruces que incuban

como ángeles imperfectos
que no resuelven pero aplacan


3

algo acallan algo esconden las nieblas
por eso vienen pero se van por eso

ocultan
bocas de minas olvidadas
donde las víboras desovan
y sotobosques de zorros

y en la niebla
crecen de nuevo montes de cebiles

y la semilla de cebil abre el puño
y de su niebla salen pájaros y tigres

y ancianas
hechiceras
que danzan mutaciones

4


algo quiere decir algo quiere acallar
la niebla

por eso viene a las casas al borde de los ríos
a las casas al borde de los despeñaderos

sobre todo lo desnudo y enorme

como la diosa que arroja su velo
en medio del combate

5


algo quiere callar algo quiere llevarse la niebla

niebla
que es palabra del agua
del agua que es palabra de la roca

niebla que es
red de caza
del agua de la piedra

niebla que vela las fauces
que ciega los tableros
y funde el fin con el principio

para que partan a encontrarse
para que partan
a perderse
los viajeros

Cacerías


1


En el hogar
el fuego
juega sus juegos

en el hogar el Juego
fuega
sus fuegos

transmigra
un último leño

frente al lebrel
que entre espasmos
se sueña
degollando prohibiciones

los hombres
hablan de lobizones,
del tiempo de los jabalíes

y de incendios de campos
donde el fuego
donde el Juego
sólo se atiene a sí mismo


2

nosotros
somos de la orden del águila

vinimos
para matar costumbres y descuidos

aguzamos palabras
junto al fuego

con ellas
te abriremos el pecho

porque nuestra semilla brota
sólo en la carne fresca

y esta es la caza
la verdadera caza

3


es la sombra
quien crece
en el crecer de las vegetaciones

la sombra
quien escancia

lo oscuro
en las copas del monte

el verdor y la flor
son sus bodas

y el fruto
estratagema de la sombra
del año que vendrá -

como esos príncipes
herederos
taimados
que en una joya esconden el veneno


4

La sombra
la señora de las fieras
exalta a los pastores

sus amantes
los manda matar
a dentelladas

ella
es el pozo
en el centro del ojo

del jabalí
del dogo
del hombre

se contempla
ese instante indecidido

esta vez
de qué lado de la danza
qué máscara te toca

Otoño

Otoño

tu antiguo cuchillo de oro
sajando
todo lo detenido

el arado porfiado de tus escarabajos
rumiándose toda la tierra
de a mendrugos

y tu luz
cada día
prosternándose

un poco más,
aún
otro minuto

A partir de esa hoja caída...

A partir de esta hoja caída en Cuesta Blanca el 12 de abril de 2002 a las 9.45


sin viento
sin espasmo
de mero acabamiento
cae
esta hoja

a disolverse
en la cama revuelta

en el color castaño
en el mojado
olor de sexo

en ese suelo
de pudrición

de donde asoman
dedos de hongos
de donde
se alzan
los talos

donde abre
sus ojos diminutos
una plántula

de donde nace esta creencia absurda
en que todo final es un inicio

esta creencia absurda
en la cópula y en los regresos

nadie / tan fiel



nadie
tan fiel

la piedra
está toda en su peso

es
ella misma
su palabra

Última roca

Última roca

Piedra
rampante
en la cima
de su peso

piedra
momento
suspendido

virgen
siempre
inminente

se abalanza
y a la vez
se detiene

no eterna
sino
piedra
no transcurrida

nunca
todavía

su íntima
doncellez
no ha conocido
varón
ni pátina
ni lluvia

ni ha de abrirla
todo
el tiempo
enfilado

sino
aquel
transversal
amante
golpe

Tiempo atrás

Tiempo atrás


Ver en esta época, cómo en ciertos lugares, entre la podredumbre apagada del suelo, aparece un matiz de verdor, y allí se forman las hojas; y cómo ya formadas, en cierto momento se levantan y suben balanceándose por el aire, hasta que van a instalarse en un lugar preciso, en la yema de una rama, allá arriba. Ver a los pájaros formarse en el polvo, como si una mano invisible los amasara con la harina de la disolución. Y una vez formados, cómo alzan vuelo, agitando las alas hacia atrás, como siempre. Y después anidan; y a medida que pasan los días se van empequeñeciendo más y más, hasta que por fin se pliegan y se ocultan, hechos un ovillo, en un diminuto huevo moteado.

Pero hay quienes anuncian que sobrevendrá un trastorno; sucederá lo que ellos llaman un comienzo. Y a partir de ese cataclismo todo marchará a la inversa: hacia un final, una disgregación de cada ser, de cada cosa.

Indice

CONTIENE

El agua es piedra /que eligió transcurrir Página 3
La piedra que madura en la montaña 5
Es agua la piedra / sólo que corre muy lenta 7
Pan del tiempo /las piedras 9
El pajonal le reza al viento 11
Como en una real caballeriza 13
El agua es piedra que eligió esparcirse 15
Una manada de rocas / mira el río 17
Garuda el ave 19
Partes de lluvia 21
Las pircas 33
Era una sombra un zorro / algo atraviesa 47
Sólo el río desgarrado / es agua viva 49
Otro río viene en silencio / bajo este río del agua 51
Partes de niebla 53
Cacerías 63
Otoño 71
A partir de esta hoja 73
Nadie tan fiel / la piedra 75
Última roca 77
Tiempo atrás 79
Registro Dirección Nacional del Derecho de Autor número 579227